El jueves pasado (14 de
febrero de 2013) tuvimos oportunidad de ver la película
“Sol de Amparaes” de Miguel Angel Baixauli, en un pase dirigido especialmente a
quienes participaron en el crowdfunding para su producción.
En un comentario de
urgencia destacaría en primer lugar las palabras del propio Miguel Angel
Baixauli, en el sentido de que el proyecto del que la película forma parte
empieza ahora su andadura colectiva, implicando de entrada a los propios
asistentes a la proyección, que quedan desde este momento en una actitud
expectante, a la espera de conocer la recepción que la película tendrá en sus
destinarias, las mujeres de Amparaes que la protagonizan.
Por lo demás, la película
es una sentida carta de amor a Femia y su mundo. Un mundo que se muestra de una
manera directa. Evitando que se pueda interponer cualquier filtro cultural que
nos predisponga de una manera u otra. Por ejemplo, evitando o posponiendo
información que haga referencia directa a su estatus o condición en la
comunidad, facilitando que emerja la persona sin el enmascaramiento de su
representatividad. El resultado es una película de un profundo contenido
etnográfico que en ningún momento ofrece la impresión de que se trate de un
relato de vidas de “indígenas”.