Transcribimos aquí un fragmento de un artículo que publicamos en septiembre de 2012 en la revista Q Quaderns d´Educació Contínua, concretamente en el número 27 de esta publicación del CREC (Centre de Recursos i Educació Contínua), dedicado a "entorns multimèdia, aprenentatge col.laboratiu i formació de persones adultes".
Lo que aquí publicamos ahora es un fragmento de ese artículo que puede encontrarse íntegro, junto al resto de la revista, en la web del CREC: http://www.crec.info/#/externalSwf-00
1. Hacia una nueva concepción de la comunicación.
Una
de las claves fundamentales para entender las transformaciones actuales del
conocimiento se encuentra en los nuevos procesos cognitivos, perceptivos e
intelectivos operados por las llamadas TIC (tecnologías de la información y la
comunicación). Los llamados “nuevos medios” de acceso, de distribución y de
producción del conocimiento están ocasionando una auténtica ruptura epistemológica en la cultura
global. El desarrollo de estas nuevas
técnicas de información y comunicación sigue siendo inseparable de los
laboratorios de tecnología militar, como el desarrollo de Internet lo es de las
investigaciones del ejército de los EE.UU, mientras por otra parte las ramas
del árbol del conocimiento son cada vez más diversas y están más
especializadas, mercantilizadas, empresarializadas. Mientras las instituciones
ya empresariales de las Universidades
contemporáneas quieren quitarse de encima a toda costa la molesta crítica
filosófica y su continuado cuestionamiento epistemológico, los “conceptos” son
asimilados por las agencias de publicidad, que junto a los estrategas militares
y las multinacionales de telecomunicaciones se encargan ahora de gestionar la realidad
operatoria de la llamada “comunicación” contemporánea.
Es
necesario por tanto analizar el estado del conocimiento
mismo, vinculado desde siempre a los medios efectivos de comunicación de cada
formación social e histórica. Resulta fundamental, así, hacer una revisión
profunda del concepto mismo de “comunicación”, concepto capturado por el
vocabulario tecnocrático, publicitario y periodístico, en su papel decisorio de
las políticas de estados y agencias colaterales de la gobernanza global, y a
partir del cual los “nuevos medios” se configuran como poderos instrumentos de
control social y mercantilización integral de la vida de las poblaciones
humanas. Nuestra indagación se desarrolla entonces en torno al concepto de
“comunicación” y pretende encontrar criterios ecológicos válidos para la
producción y circulación del conocimiento contemporáneo, transformando los usos
políticos y económicos de los “nuevos medios” en operadores de una
reconfiguración posible de la diversidad epistémica, como armas intelectuales
de resistencia de los conocimientos excluidos e instrumentos para una nueva
cartografía de la “inteligencia colectiva”. Como dice Pierre Lévy, “la
invención de nuevos procedimientos de pensamiento y de negociación que pueda
hacer surgir verdaderas inteligencias
colectivas se plantea con particular urgencia. Las tecnologías
intelectuales no ocupan un sector como cualquier otro de la mutación
antropológica contemporánea; son potencialmente la zona crítica de ellos, el
lugar político”[1].